lunes, noviembre 23

Elocuentes diferencias

La adopción de los postulados de la gramática generativa ha supuesto una revolución trascendental en la lingüística. La gramática descriptiva de Bloomfield se limitaba a analizar en constituyentes las oraciones ya emitidas. Ante una oración como “este vidrio es opaco”, procedía a su análisis mediante diversos métodos. Pero entre todos ellos destacaba el de los constituyentes inmediatos, por el cual se subdividía cada unidad en dos constituyentes de rango inferior, hasta que se llegaba a unidades inanalizables. Así, la oración anterior poseería dos constituyentes: “este vidrio” y “es opaco”.

El ejemplo es muy elemental, pero con él quiere decirse que el método de Bloomfield era meramente descriptivo. No se planteaba, en fin, el problema previo –el verdaderamente misterioso, para Chomsky-, de cómo ha logrado el hablante construir esa oración. Problema que es, precisamente, el asunto central de la nueva gramática.

Las diferencias entre ambas gramáticas son considerables, aunque el propio Chomsky asegurara que hay ciertas concomitancias entre ellas. En efecto, la nueva aspira a un grado de rigor y de formalización que no poseía la tradicional. Y, además, postula la existencia de dos estratos en el lenguaje, uno superficial y otro profundo, hecho que fue desconocido o no aprovechado debidamente por la tradición gramatical ni por ninguno de los estructuralismos o descriptivismos posteriores.

http://lengua.laguia2000.com/historia-de-la-linguistica/gramatica-generativa-frente-a-gramatica-tradicional


Marcelo Bielsa, sí, nuestro loco, revolucionó el fútbol chileno. ¿Por qué lo hizo? Históricamente, Chile se había caracterizado por tener selecciones ultra defensivas, donde un empate en calidad de visitante era considerado como un triunfo, aunque la estética pasara a segundo plano y lo único importante era destruir lo que el rival intentaba construir. Entonces, llegó el rosarino y cambió la mentalidad del jugador, además de profesionalizar la actividad con un riguroso método de trabajo. Ya... ¿y? No se preocupe, no acostumbro a beber a esta hora. En la siguiente entrada usted apreciará cuál es la sustancial diferencia entre la gramática tradicional y la gramática generativa de Chomsky. Acomódese.

Rockeando con Noam


Realmente el rock argentino tiene una gama muy variada de temáticas, eso no se puede negar, pero esto es un material de culto. Ni a Ilya Kuryaki and the Valderramas se le podría haber ocurrido una maravilla como ésta.

Básicamente...

Empleando los términos chomskianos, en el fenómeno lingüístico hay que distinguir entre la competencia y la actuación del hablante y del oyente. La competencia es el conocimiento que posee de su lengua, y que le permite cifrar y descifrar mensajes. Por otro lado, la actuación es el empleo concreto que hace de su competencia. Así, Chomsky establece que la gramática debe ser una teoría de la competencia de los hablantes. O, expresado de otro modo, la gramática debe presentar de una manera explícita las reglas gramaticales que aplica implícitamente el hablante-oyente, para de esa manera construir o entender oraciones.

Atención muchachos, que esto es lo primordial

Chomsky trataba de dar respuesta a la siguiente pregunta: ¿qué conocimiento de su lengua tiene el hablante, que le permite construir y entender oraciones que nunca ha oído? En realidad, esta pregunta se dirige al más portentoso y enigmático fenómeno del lenguaje humano. Porque, en contra de lo que pudiera parecer, los hablantes (y salvo casos irrelevantes, como las locuciones fijadas –Hola, Buenos días, Adiós, Antes de entrar, dejen salir…) no nos limitamos a repetir frases que ya hemos escuchado, sino que las creamos en función de las necesidades cambiantes de cada momento. Y, a la inversa, en nuestra calidad de oyentes, entendemos las oraciones que los otros pronuncian, o escriben, a pesar de no haberlas leído o escuchado antes.
http://lengua.laguia2000.com/gramatica/la-gramatica-generativa-y-transformacional

Acción

Después de ese correo, optaremos una vez más por la operación "mediocridad", si bien ya tenía claras muchas de las publicaciones que pondría, necesitaba la presión para iniciar un frenético trabajo.